
En el mar no siempre hay calma y bonitos amaneceres, también hay marejadas y crueles acantilados. Y en las largas travesías que son nuestras vidas, atravesamos tanto unos como otros. Tengo la completa seguridad de que tan importante es superar la oscuridad como disfrutar de la luz, pues esos contrastes son los que conforman los rasgos de nuestras vidas. Uno se crece al confortarse en sus victorias, y se hunde al percatarse de sus derrotas. Pero el alma madura con ambas.
17 comentarios:
son las 3 de la madrugada, en mi amado país y para despedirme de la red, encuentro algo tan bello para reflexionar!!!!!!!!
tal cuál lo escribes, tal cuál es............
todo nos sirve para aprender si nos damos esa oportunidad, si no estuvieran las tempestades sería como una rosa sin espinas o.........un durazno sin pelusa???
jajaja.............
un abrazo enormeeeeee y gracias por hacerme pensar
hola!me encanto tu post...es muy cierto y para pensar...
gracias por compartir...
buen 2009.
besos.
silvia cloud
Asi es Marysol, el alma madura, pero a veces es duro, muy duro.
Besos
Claro, Marysol...
La vida tiene altibajos, ires y venires, alegrías y tristezas, salud y enfermedad, amor y desamor, así como en el mar hay calma y tempestad.
Pero... ¿Qué sería de nuestras vidas si todo fuera perfecto?
Un abrazo.
Así es, con el ir y venir de las olas, vamos aprendiendo
Un fuerte abrazo
Viver é estar sempre aprendendo, e nunca sabemos tudo. Daí necessitarmos buscar novos conhecimentos.
Estarei sempre a seguir seu maravilhoso blog porque com ele, através de suas belas mensagens, estou aprendendo muito.
Fraternal abraço do amigo Gilbamar.
Mercé dice. Por fin se han terminado las fiestas y te vuelvo a encontar, me hacia falta leerte, pues siempre es un placer.
Es verdad, el mar no siempre esta en calma, muchas veces es traicionero, pero a mi me gusta tanto que se lo perdono todo, como una madre por más trastadas que le hagan los hijos nunca dejara de amarlos.
Besos y gracias por pasar pormi casa mua mua mua
Espero que las fiestas hayas gozado de toda la familia...
Marysol, por fin te encontré, cambie mi blog y guarde mis post, y te perdí de vista, pero ahora te voy a enlazar, así estarás cerca.
Sobre tus letras, una delicia volver a leer esa manera tan intensa de narrar que posees, felicidades.
Una metáfora muy lograda en las olas del vivir.
Besos!!!
Es así amiga. Una de cal, una de arena. Y asi se crece. Se madura y cada circunstancia, se sobrelleva con la calma que corresponda, si es que se puede discernir, al igual que lo plasmas con tu palabra.
Nada dura para siempre. Ni los momentos amrargos ni los felices.
Depende en realidad, como nos movilizamos frente a cada situación.
Un abrazo amoroso para ti, desde mi lado izquierdo.
hagamos de la derrota una victoria, del abandono un beso
s
qué bonito, qué positivo... dan ganas de zambullirse en el mar...
un beso:)
Hola Marysol:
Con razón me manda venir a leer tu post, Angelus, y se lo agradezco mucho, porque este post que habla de calma y tempestades, es muy acertado y me ha encantado leerlo.
Las vidas de las personas son así, a veces, están en calma, cuando tenemos momentos positivos, otras veces, en tempestad, cuando los problemas se nos vienen encima, son variantes que debemos vivir todos, para poder apreciar la felicidad.
Muchas gracias Marysol, por este bello post, y que siempre me voy a tu otro blog, volveré también por aquí.
Un besazo y feliz día.
Dejas un aura muy positiva. Se va uno de tu casa con ganas de levantar el rostro y seguir. Un abrazo.
Marysol, la vida es eso que describís, aprendemos de los momentos buenos y de los no tan buenos, todo nos sirve para crecer como personas.
Te dejo mi cariño, preciosa!
Madura el alma, el carácter, la tenacidad, la confianza....
Todo progreso en la adversidad es un avance superior al que se produce en la bonanza.
Inuits
en mis ultimos dos posts hablo del Mar, que tendrá que ultimamente nos tiene vunerable como él
Esa marea
precioso tu post me lo han copiado como comentario, fijate! si es bonito
Marysol
Debe nadurar con cada una de nuestras expericncias, aunque a veces no lo parezca, pues tropezamos en la misma piedra más de una vez.
Un abrazo.
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