Para mí, la belleza de la rosa
no está en sus pétalos sino en su perfume.
La verdadera belleza no es una impresión visual,
sino una reacción emocional.
No está en la postura inmóvil de un lindo maniquí,
sino en la suave cadencia de un cuerpo al bailar.
La belleza no es la pintura cosmética en los párpados,
sino el brillo que tienen los ojos enamorados.
No está en el guante sofisticado
sino en la desnudez natural de tus manos.
La verdadera belleza no sólo está en el ojo del observador,
sino también en el corazón del que es observado.
No es la suerte física de la que gozan unos cuantos
sino un camino emocional que a todos nos es dado.
La belleza no es arrogancia ni frialdad
como las montañas nevadas de mi pueblo,
es un valle lleno de flores silvestres
un corazón cálido y pleno de amor,
de amistad, madurez y sensibilidad.
Rostros y cuerpos no son los pilares de la belleza eterna
sino la dulzura, la ternura y la inteligencia.
¿A quién ves en este cuadro: a la anciana, o a la doncella?
La belleza y la fealdad sólo son asuntos de percepción,
porque la verdadera belleza no es lo que llega a tus ojos
es lo que sale de tu corazón.
5 comentarios:
Hola Marysol:
Una bella definición de la belleza, mejor dicho, de las varias definiciones que muestras.
Lo intangible es siempre más bello que lo material!
Un cordial saludo,
Luis
Genia!! un placer leer lo que compartes.
Un cariño
Genia!! un placer leer lo que compartes.
Un cariño
Qué lindo lo que escribiste! Hermoso.
Sólo hay que mirar con el corazón.
Besos
Comparto totalmente la concepción de la belleza que expones, Marysol.
Bajo mi punto de vista la belleza es un camino de ida y vuelta entre el que mira y el ser mirado.
Hermoso texto y hermoso ejemplo.
Un abrazo.
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