Fotografía de: Milán Dimitrijevic (Serbia)
Aquí estamos los dos en una plaza,
compartiendo existencias diferentes,
como amigos charlamos sin afán,
del invierno, la vida y la virtud.
Soy un farol creado por el hombre,
y no hay vitalidad en mi interior,
pocos cables erigen mi materia,
herrumbre inútil un día seré.
Tú, en cambio, eres un árbol vitalicio
ejerciendo un callado magisterio.
Cuando el sol que te nutre te hace falta,
ahondas tus cepas libando esencias
ocultas en la tierra, y vas creciendo
en soledad, paciente y silencioso,
en primavera te alzas en virtudes
para brindar fértil tu plenitud.
Yo, hueco farol, quiero ser como tú,
y de ti también aprendiere el hombre.
En el invierno frío y de dolor,
prosperar desearía, hacia lo hondo
como haces tú, filósofo viviente,
y buscar discreto íntimos alibles
para encontrar en ellos la bondad,
la paz, la totalidad y el amor,
que son caminos de noble evolución.
compartiendo existencias diferentes,
como amigos charlamos sin afán,
del invierno, la vida y la virtud.
Soy un farol creado por el hombre,
y no hay vitalidad en mi interior,
pocos cables erigen mi materia,
herrumbre inútil un día seré.
Tú, en cambio, eres un árbol vitalicio
ejerciendo un callado magisterio.
Cuando el sol que te nutre te hace falta,
ahondas tus cepas libando esencias
ocultas en la tierra, y vas creciendo
en soledad, paciente y silencioso,
en primavera te alzas en virtudes
para brindar fértil tu plenitud.
Yo, hueco farol, quiero ser como tú,
y de ti también aprendiere el hombre.
En el invierno frío y de dolor,
prosperar desearía, hacia lo hondo
como haces tú, filósofo viviente,
y buscar discreto íntimos alibles
para encontrar en ellos la bondad,
la paz, la totalidad y el amor,
que son caminos de noble evolución.
Marysol Salval
Derechos reservados
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