El folclore yiddish ofrece un notable cuento acerca de los chismosos que nos deja una gran enseñanza.
Uno de estos hombres había contado tantas mentiras malévolas acerca de un rabino que, lleno de remordimientos, le pidió que lo perdonara.
- Y, Rebbe, dígame usted cómo puedo enmendarme.
El rabino suspiró:
- Toma dos almohadas, ve a la plaza pública y abre allí las almohadas. Agítalas al aire y entonces regresa.
El chismoso corrió a su casa, tomó dos almohadas y un cuchillo, se apresuró a llegar a la plaza, abrió las almohadas, las agitó en el aire y rápidamente vovió a los aposentos del rabino.
- Ya hice lo que me ordenó, Rebbe.
- Muy bien - dijo el rabino, sonriendo -. Ahora, para que veas cuánto daño se hace con los chismes, ve de vuelta a la plaza...
- ¿Y?
- Y recoge todas las plumas de las almohadas - concluyó.
8 comentarios:
Sabio el Rabino. Se podría aplicar a muchos personajes y personajillos actuales.
Un cordial saludo,
Luis
Que me gusta un chisme... si es que tengo alma de barbero!
jajajaja
Saludos!
MIS PENSAMIENTOS. MERCE CARDONA.
Dice, muy bueno el cuento, los chismes hacen mucho daño, y cuando te cuelgan una papeleta cuesta mucho sacarla.
Te espero en mi casa besosoooooooooo
Excelente Marysol, lo conocía, pero siempre es bueno recordarlo.
Los chismes vuelan livianos como las plumas y se asientan en nuestro corazón para dañarlo.
Un beso
Silvia
Querida, por desgracia hoy los chimosos ya son muy listos, creo que ya no piden perdón y depués nunca harían eso con las almohadas.Hoy ya no hay arrepentimiento. Solo lo encontrarás en tu baúl por desgracia és así.
Besitos
Flor
Que manera más gráfica de explicar el daño de un chisme....
hola!excelente..las palabras lanzadas al viento no vuelven..habría que medir lo que decimos..
gracias por compartir.
es un placer visitarte..
besotes.
silvia cloud
Gracias querida Marysol
por tu solidaridad con
mi pueblo. Admiro a tu
gente, admiro a tu paìs
y siempre tendràs en mi
a una amiga sincera y leal,
para mi no existen fronteras.
Te dejo un fuerte abrazo.
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